EL SANTO. Óleo sobre tela (50x50 cms)“La palabra "álfil" proviene del árabe al-fil (الفيل) y al-fil proveniente del persa cuyo significado es "el elefante"… Para las cortes medievales cristianas, la figura de los elefantes era muy exótica, por lo que la reemplazaron por la de un obispo, que en esos tiempos, al frente de un ejército, iba frecuentemente a la guerra….”
Esta pieza del ajedrez se asocia con la fuerza del elefante a la vez que con la religiosidad y santidad. Es además, por estar uno a cada lado del Rey y la Reina una figura asociada con la protección que tiene que ofrecer a estos personajes.
Personaje fuerte, asociado a la santidad, protector y un poco misterioso….me viene a la mente recuerdos de la infancia en la que nuestro héroe tenia estas características, el que todos podíamos ver en el cine, en blanco y negro o en technicolor, protagonista de las matinés y del sábado por la tarde en la televisión, con sus compañeros “invencibles del ring”.
En nuestra infancia nos protegía y velaba por todos nosotros manteniendo a raya a monstruos, momias y vampiros, protegiendo al mundo de científicos locos, organizaciones criminales y eventualmente de invasores extraterrestres…pero al crecer, el pudor juvenil nos hizo renegar del héroe, y aunque lo negábamos ante nuestros amigos, seguimos manteniendo el secreto placer de verlo en la pantalla plateada de televisión, como siempre, triunfando contra tan variados y sui generis enemigos.
El SANTO el Enmascarado de Plata, la leyenda mexicana, sin duda el más grande de los superhéroes mexicanos: Fuerte como el elefante, santo y protector, defensor de los desvalidos, que misterioso oculta su rostro bajo la enigmática máscara plateada, complementando su atuendo con su capa que vuela al airea al manejar su auto compacto deportivo y descapotado, o bien con su saco sport bajo el cual luce su camiseta pegada al cuerpo y el clásico cuello de tortuga.
Rodolfo Guzmán Huerta, héroe de mil batallas en el ring, el cine y las historietas es una verdadera leyenda, el alfil que de niños admiramos, de jóvenes repudiamos y hoy, ya mayores, lo recordamos con nostalgia y un pequeño toque de risa ante nuestra ingenuidad y el humor involuntario que hoy genera la rudimentaria factura de sus películas.
Santo: donde estés sigue protegiéndonos de las terribles y horrendas criaturas que asechan y amenazan a México y la Humanidad, pero sobre todo, no nos dejes perder el último toque de ingenuidad que aun nos queda en algún rincón del corazón de los niños que un día fuimos….
1 comentario:
El Santo es tan mexicano como los murales de Siquieros. ¿Verdad?
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