Sandías. Óleo sobre tela Tríptico 3-30x60. GKRojas por dentro, verdes por fuera….. Pasando por esta etapa frutal se me ocurrió pintar unas bonitas y jugosas sandias. ¿Por qué? Simplemente porque me gusta su color y su sabor.
Coincidencias de la vida, que aun sin ser de origen mexicano, la sandía vino a estas tierras y se encontró que sus colores eran los de la bandera nacional, así que los mexicanos le retribuyeron aportando a su riqueza de opciones gastronómicas, la de convertirla en agua fresca, incorporándola así a la cultura mexicana.
Tamayo enamorado de sus jugosos y frutales colores realizó gran cantidad de cuadros usando las sandías, con sus formas sonrientes como rojas lunas crecientes, salpicadas de puntos de negro intenso de sus pepitas.
Así, sin más aspiración que lograr un cuadro que pudiera decorar algún comedor o estancia, me di a la tarea de realizar este tríptico, en el que cada uno de los panales mide 0.30x0.60 mts., esperando al final quedar cautivado por la composición y combinación de colores…pero no pasó así, sino que al ver esta pintura terminada mi primera reacción fue salir a buscar una buena rebanada de jugosa y fresca sandía…¿Gustan...?
Me despido con esta breve cápsula cultural:
El origen de la sandía se sitúa en África, donde es muy valorada y utilizada como fuente de líquido en estaciones secas, cuando hay poca disponibilidad de agua. Muchas culturas de la antigüedad encontraron en la sandía un medio práctico para transportar agua de un lugar a otro.
Su cuna es el desierto del Kalahari, donde crece espontáneamente, siendo un importante recurso para obtener agua para personas y animales. De allí se expandió a todo el África, a medida que los conquistadores llevaban el fruto, con sus semillas dentro a otras tierras, pasando así a Asía, Europa y América.
Como planta cultivada aparece en Egipto, hace 5000 años, siendo precisamente las márgenes del Rio Nilo donde más sandia se cultivó en la antigüedad.
Coincidencias de la vida, que aun sin ser de origen mexicano, la sandía vino a estas tierras y se encontró que sus colores eran los de la bandera nacional, así que los mexicanos le retribuyeron aportando a su riqueza de opciones gastronómicas, la de convertirla en agua fresca, incorporándola así a la cultura mexicana.
Tamayo enamorado de sus jugosos y frutales colores realizó gran cantidad de cuadros usando las sandías, con sus formas sonrientes como rojas lunas crecientes, salpicadas de puntos de negro intenso de sus pepitas.
Así, sin más aspiración que lograr un cuadro que pudiera decorar algún comedor o estancia, me di a la tarea de realizar este tríptico, en el que cada uno de los panales mide 0.30x0.60 mts., esperando al final quedar cautivado por la composición y combinación de colores…pero no pasó así, sino que al ver esta pintura terminada mi primera reacción fue salir a buscar una buena rebanada de jugosa y fresca sandía…¿Gustan...?
Me despido con esta breve cápsula cultural:
El origen de la sandía se sitúa en África, donde es muy valorada y utilizada como fuente de líquido en estaciones secas, cuando hay poca disponibilidad de agua. Muchas culturas de la antigüedad encontraron en la sandía un medio práctico para transportar agua de un lugar a otro.
Su cuna es el desierto del Kalahari, donde crece espontáneamente, siendo un importante recurso para obtener agua para personas y animales. De allí se expandió a todo el África, a medida que los conquistadores llevaban el fruto, con sus semillas dentro a otras tierras, pasando así a Asía, Europa y América.
Como planta cultivada aparece en Egipto, hace 5000 años, siendo precisamente las márgenes del Rio Nilo donde más sandia se cultivó en la antigüedad.
